elDiario.es-Piedras de papel, 20 de enero de 2022.
Nuevos datos experimentales sobre la discriminación de género
ofrecen pruebas contrarias a la intuición.
Existen constatadas diferencias entre hombres y mujeres en numerosos indicadores laborales; entre otros, las tasas de participación y empleo, el tipo de jornada y tipo de contrato, el acceso a puestos de supervisión y dirección y los salarios. En todos estos indicadores las mujeres están peor que los hombres. Además, hombres y mujeres tienden a concentrarse en diferentes ocupaciones, siendo esta segregación ocupacional clave para entender las diferencias de género en las trayectorias salariales típicas (perfiles antigüedad/ingresos) y por ende la brecha salarial de género. Reducir las brechas (o gaps) de género en el mercado de trabajo es un objetivo declarado de las instituciones públicas en todos los ámbitos. Resulta evidente, sin embargo, que, para ello, tenemos que entender bien cuáles son sus causas.