Septiembre de 2018
Conocí a Lenín Zamora Sotelo una calurosa tarde de abril de 1988 en las oficinas
de la Confederación de Acción y Unidad Sindical, la CAUS, el sindicato promovido por el
Partido Comunista de Nicaragua desde 1973. En una pequeña sala de reuniones su
Secretario General, Emilio Márquez Acuña, hizo pública su salida de la Coordinadora
Sindical de Nicaragua, integrada en 1980 junto con las organizaciones sindicales
sandinistas, y su adhesión al Congreso Permanente de los Trabajadores, formado por
centrales sindicales independientes del gobierno y de origen cristiano.
Las razones de aquel cambio radical las expuso Márquez en pocas palabras: “Hemos
defendido este gobierno, pero siempre luchando contra la corrupción y el burocratismo
que afectaban los intereses obreros. Ahora nos vemos obligados a enfrentar directamente
las medidas impuestas por el nuevo ministro de economía sandinista, el socialdemócrata
Alejandro Martínez Cuenca, que ha traicionado el programa económico de la revolución”.