elDiario.es – blog de APDHA, 15 de noviembre de 2022.
Ser y hacer conscientes a los hombres que la lucha y la demanda de igualdad no es solo la renuncia a unos privilegios, también es incorporar a nuestra vida elementos que unas determinadas relaciones de género nos han negado, convirtiéndonos en buena medida en cómplices de la desigualdad.
La igualdad de género constituye un elemento fundamental a la hora de poner en acción la defensa de los derechos humanos. Un derecho que se sostiene las aportaciones teóricas y las demandas que los feminismos han venido incorporando a lo largo de los dos últimos siglos, desde las sufragistas hasta los nuevos planteamientos denominados “la cuarta ola” del feminismo. Un feminismo crítico e inclusivo, abierto a las nuevas aportaciones planteadas por los feminismos periféricos, que ponen en el centro a las más desfavorecidas y estigmatizadas, las que menos cuentan y, que necesitan espacios para tener voz propia. Que pone el acento no solo en los “techos de cristal” sino también en los “suelos pegajosos” de las migrantes, las sin hogar, las trabajadoras del sexo, las disidentes sexuales etc., en definitiva, en las demandas de las más excluidas, incorporando el concepto de interseccionalidad como elemento que pone de manifiesto las distintas formas de acceso al poder y a los privilegios de cada una de las personas en función de su raza/etnia, sexo, nacionalidad, orientación/identidad sexual, edad o estatus socioeconómico.