El País Semanal, 4 de octubre de 2020.
Arranca la carrera hacia la Casa Blanca. A un mes de las elecciones
presidenciales, el novelista Richard Ford escribe este ensayo sobre
el ánimo de un país sumido en la incertidumbre y preso de la
fractura social: “En Estados Unidos se respira el peligro”.
Como escritor, dudo que mi manera de ver el mundo difiera mucho de la de otro
ciudadano razonablemente comprometido o medianamente bien informado.
Ciertamente, no sé más que nadie. De existir una diferencia entre mi visión y la de un
fontanero, un vendedor de seguros o un profesor de primaria –y puede que en esto
también me equivoque-, es que, como escritor de historias ficticias, me dedico a creer
que todo es posible, que la experiencia plausible es mucho más amplia de lo que la
historia, la lógica o la convención nos dicen. Me paso la mayor parte de los días
evitando imaginar lo que podría o debería pasar en base a la lógica, queriendo imaginar
qué puedo hacer que suceda y procurando que lo que suceda resulte interesante y útil.
Al escribir novelas y relatos, o incluso ensayos como este, nada sucede necesariamente
a otra cosa y cualquier cosa puede acontecer después de otra. Afortunadamente (y
desafortunadamente a veces), esto también es cierto de la vida, donde se desarrolla la
política.