agendapublica, 14 mayo 2018
Como recordaba el otro día Oriol Bartomeus en un excelente post, Cataluña es un objeto
delicado. Como en muchos lugares, la historia ha ensamblado partes sin llegar a
fusionarlas, dejando cicatrices que dan cuenta del esfuerzo que supuso unir lo diverso.
Pero en Cataluña, si cabe, las cicatrices requieren especial atención porque, a diferencia
de otras sociedades donde las heridas que las originaron son antiguas y están casi
olvidadas, en Cataluña muchas de ellas supuraban todavía hace solo unas pocas
décadas. Y vuelven a hacerlo. Llevamos unos meses corriendo el riesgo de abrirlas en
canal.