infoLibre, 24 de octubre de 2022.
Hace años que se repite: los jóvenes no saben nada de historia. Como si los mayores, así, en general, supieran mucho.
La tradición pesa y hay todavía mucha gente, que se considera culta, que cree que la historia es un relato, ordenado de forma cronológica, de las acciones de las élites y de los grupos dirigentes, de los grandes personajes y del poder. Por otro lado, cuando se elaboran los programas de historia, tanto desde la administración como desde los despachos de muchos profesores, se pone énfasis en la exactitud factual, en el dominio de los hechos. Siguiendo ese camino, muchos estudiantes, al tener que aprender en poco tiempo un cúmulo de acontecimientos que en los libros de texto se consideran únicos o relevantes, creen, como algo ya asumido, difícil de cambiar, que la asignatura de historia es pesada, aburrida, un rollo.