El País, 22 de diciembre de 2020.
La normalización de relaciones de Israel con Emiratos Árabes Unidos,
Baréin, Sudán y Marruecos y su acercamiento a Arabia Saudí plantea
un escenario donde el principal enemigo es ahora Irán.
La reciente normalización de relaciones de Israel con Emiratos Árabes Unidos, Baréin,
Sudán y Marruecos no ha incendiado el mundo árabe ni ha desencadenado masivas
manifestaciones de protesta. Más bien ha sido recibida con apatía e, incluso,
indiferencia al tratarse de un mero trámite que oficializa lo que era un secreto a voces: la
existencia, desde hace décadas, de canales secretos entre Israel y numerosos países
árabes. Los dirigentes palestinos se han quedado solos en su condena del proceso de
normalización, lo que viene a evidenciar la progresiva pérdida de centralidad de la
cuestión palestina entre los árabes.