(El País, 13 de marzo de 2019).
Nuestro sistema sanitario se encuentra en una situación crítica y por ello habría que
abordar, con la mayor brevedad posible, las siguientes cuestiones:
Financiación. La sanidad pública necesita una financiación suficiente para recuperarse
de la etapa de recortes, que debería de situarse en torno al 7% del PIB. Además, debe
acabarse con la gran variabilidad de los presupuestos autonómicos. La financiación
sanitaria debería ser finalista e ir ligada a los objetivos del Plan Integrado de Salud,
también como un instrumento de cohesión y coordinación interautonómico.
Exclusión. El real decreto ley 16/2012 estableció importantes exclusiones en el acceso
al sistema sanitario. El real decreto ley de sanidad universal palió en parte esta
situación, pero todavía se producen problemas por una interpretación cicatera de
algunas comunidades autónomas. Por ello es importante aprobar un reglamento que
garantice la atención sanitaria a todas las personas que se encuentren en el país.