Junio de 2020.
Dejar una grieta, una sola grieta, en la deslegitimación de la violencia es peligroso
porque quienes vienen detrás, otra generación por ejemplo, puede que no sean
conscientes del daño infligido por ETA. La memoria de lo sucedido, lo decimos para el
36 y vale también para este caso, tiene que ser renovada constantemente. Porque las
enseñanzas ante el tiro en la nuca o el odio no permanecen en el tiempo de forma
natural, hay que transmitirlas a otros y en otras épocas constantemente.