Levante/posdata, 12 de septiembre de 2020.
Un libro imprescindible sobre la noche del 6 de
octubre de 1977.
Era el 6 de octubre de 1977. Por la noche. Un tiempo de carteles,
engrudo y pinceles, de buscar un pedazo de pared para escribir la historia,
donde estampar, con el reflejo a muchos ratos del miedo, la huella que
empezaba a dejar en mucha gente la esperanza. Hacía casi dos años que se
había muerto Franco. Pero la dictadura seguía con vida: se heredaba a sí misma
en la forma de una democracia que surgía de las entrañas mismas del
franquismo. Desde la alta política se argumentaba la necesidad de los
consensos, unos consensos raros porque sólo las derechas estaban legalizadas.
El PSOE sería reconocido legalmente en febrero de 1977. El sábado santo de
ese mismo año sellaría el PCE su libre circulación por el papeleo de la
administración. Las elecciones generales fueron unas elecciones a medias: la
izquierda llamada radical seguía siendo clandestina. Más o menos, aquella
democracia incipiente sería como una democracia demediada durante muchos
años. Incluso, cuando ha pasado tanto tiempo, a ratos tienes la sensación de que
demasiadas cosas oscuras de entonces siguen enturbiando la política de ahora,
el tiempo que vivimos. Aquella noche de octubre de 1977 era fría y tendría un
final trágico, como muchos días y muchas noches de aquellos años.
