El País, 10 de mayo de 2023.
El neoliberalismo ya no tiene quien lo pregone en serio. Ya no hay mayúsculas en las que creer como el comunismo, el capitalismo, la ciencia o la religión. Hay que dejarse de abstracciones y aterrizar en la tierra.
Se acomoda la primavera con esa cara limpia que tiene, precedida de un aire suave que huele a incógnito, con esa cautivadora expresión que da saber que traes novedades. El negro invierno ya se fue, y ahora los días se alargan como si no quisieran irse más. En las terrazas hay risas nuevas y mandan las cervezas heladas, pequeñas reinonas de corona blanca con ejércitos de móviles a sus pies.