infoLibre, 29 de noviembre de 2020.
Aventurar un pronóstico sobre el futuro de la monarquía resulta
incierto incluso en la opinión de un historiador tan prestigioso.
Hay que someter a debate una institución que figura como otra
cuestión pendiente de una democracia española siempre recelosa de
confrontar a la sociedad con el pasado colectivo.
Esta es la pregunta del millón. Debería dirigirse más bien a diseñadores de potenciales escenarios futuros que a un historiador. Por dos razones: la primera es porque se trata del oficio de los primeros, con el que se ganan la vida y logran mayor o menor prestigio (luego, a muchos les pasa lo que a Herman Kahn); la segunda, porque resulta posible que quienes los lean hoy no estarán probablemente en condiciones de refutarlos cuando no se hagan realidad. La experiencia muestra que son decenas los escenarios aventurados por eminentes autores e instituciones que luego no han llegado a materializarse.