Bolivia hoy
Fragmentos de prensa

Extractos del editorial "El regreso de la izquierda" del semanario Pulso, La Paz, Nº 329, del 22 al 29 de diciembre de 2005:

            Los resultados de las elecciones bolivianas del 18 de diciembre son sorprendentes [...] más de la mitad de los electores apoyó a la izquierda indigenista [...] Puede decirse, por tanto, que ha concluido un ciclo histórico [...] los políticos que asumirán el poder el 22 de enero no formaron parte de las élites que manejaron el país [...] la población rechazó a las élites que dominaron hasta ahora, y se pronunció por un cambio de fondo [...] constituye un cambio que, por primera vez, un dirigente de la mayoría indígena del país ocupe la Presidencia. Bolivia ha sido siempre, y sigue siendo, un país fuertemente racista [...] Si el MAS lograra avanzar sus planes mediante la Asamblea Constituyente, no cabe duda de que el arrinconamiento electoral se traduciría en un desplazamiento de largo plazo de las capas altas del país [...].

Extractos de un artículo de Walter D. Mignolo (director del Centro de Estudios Generales y de Ciencias Humanas de la Universidad Duke, Carolina del Norte, EE.UU.) publicado en Courrier International,Nº 794, del 19 al 25 de enero de 2006, traducido del francés:

            Desde que los bolivianos eligieron presidente a Evo Morales por mayoría aplastante se habla de un "giro a la izquierda" no sólo en Bolivia sino también en otros países de América Latina [...] Ahora bien, en el caso de Evo Morales, este famoso "giro a la izquierda" sólo revela una parte de la realidad y oculta otro concepto mucho más elocuente: el de "proceso de descolonización".
            En efecto, Evo Morales sólo es el fenómeno visible de un giro, incentivado desde hace cinco siglos, con el ascenso de los movimientos indígenas al poder político, intelectual e ideológico. Y la interpretación que predomina hoy es perniciosa por cuanto tiende a privilegiar la noción de izquierda en detrimento de la noción de descolonización, proyecto que la izquierda es incapaz de ver y al que la derecha es incontestablemente mucha más ciega todavía.
            "La Bolivia indígena se incorpora a la izquierda latinoamericana": este título de un artículo de Le Monde diplomatique [de diciembre de 2005] es revelador del contrasentido circundante. Sin ser totalmente falso, pasa por alto lo esencial. Es verdad que desde París no se percibe necesariamente bien la importancia de la memoria indígena que alimenta el proceso de descolonización en Bolivia. Lo inconsciente no puede tolerar que sea la "izquierda latinoamericana", heredera directa de la izquierda europea, la que cede ante el poder indígena [...].
            En Londres, la revista The Economist ha examinado el pro y el contra de la presidencia de Evo Morales en términos de mercado, inversiones y finanzas. Los artículos de Le Monde diplomatique y de The Economist se diferencian radicalmente por su contenido, pero siguen la misma lógica: ni uno ni otro superan la polaridad izquierda-derecha. Esta clasificación ortodoxa de los partidos políticos no es de gran utilidad para comprender los problemas de los países "coloniales", "semicoloniales" y "subdesarrollados" (para recuperar la terminología de la guerra fría) [...].
            La realidad boliviana es muy diferente: desde la época de la colonia hasta la emergencia del Estado-nación, los indígenas nunca han tenido su sitio en ningún asiento del poder. Como tampoco los esclavos descendientes de africanos, ellos no han necesitado leer a Marx para comprender que estaban oprimidos y explotados, que los habían humillado y excluido de la estructura social, y que sólo contaban como fuerza de trabajo. Esta experiencia ha dado nacimiento a un pensamiento original, un pensamiento descolonizador, cuya manifestación más visible es la llegada al poder de Evo Morales [...].
            La elección de Álvaro García Linera —un blanco de origen hispánico— a la vicepresidencia es un signo suplementario del apoyo indígena al poder de Evo Morales. A fines de la década de los ochenta [en realidad, en 1992], Linera fue, en efecto, apresado por haber dado su apoyo ideológico al Ejército Guerrillero Tupac Katari (un movimiento indígena rebelde). Desempeñó un papel notable en el curso de estos diez últimos años como miembro del grupo La Comuna y fue asesor del muy radical Felipe Quispe, llamado "El Mallku", con quien estuvo encarcelado durante varios años. Finalmente, está al lado de Evo Morales desde hace tres años. Mediante sus trabajos sobre los movimientos sociales en Bolivia y su reflexión crítica sobre la izquierda boliviana, ha comprendido el cambio ocasionado por los intelectuales y los dirigentes aimaras.
            El pueblo boliviano (indígena y no indígena) no ha votado por un partido que lo representa, sino por un movimiento social que lo incluye [...].

Extractos de una entrevista a Jorge Sanjinés (cineasta boliviano), publicada en el quincenario El juguete rabioso, La Paz, Nº 149, del 19 de marzo al 1 de abril de 2006:


            [...] Esa es la mayoría triunfante, y esos hombres y mujeres no han votado para seguir siendo objeto de desprecio y marginación. Ese voto mayoritario no se ha depositado para conservar la soberbia señorial que los ha destinado a la miseria y el abandono [...].
            [...] La perplejidad inusitada de algunos grupos minúsculos de poder, y de gente "blanca" que siempre se ha considerado superior racialmente a los indios, no puede ser más elocuente [...].
            [...] Es evidente que la derrota de la derecha ha sido catastrófica no sólo en términos políticos. El mayor fracaso no estuvo en las urnas, sino en la incapacidad de ese estamento social por comprender la realidad en la que actúa. Saben poco sobre el país en el que viven, tienen dificultades para leer nuestra realidad social, desprecian las posibilidades culturales y económicas de nuestra diversidad cultural y no sospechan la complejidad del pensamiento andino, porque siempre lo subvaloraron, no se percataron que ese pensamiento no responde ni a la lógica kantiana ni a la certidumbre racionalista francesa. Una izquierda señorial, todavía presente, padece similar ignorancia.
            [...] Se trata pues de la presencia de dos distintas cosmovisiones, y el gran desafío político presente no radicará tanto en resolver problemas de déficit en la balanza de pagos o en hacer acuerdos con las transnacionales que respeten nuestra soberanía, sino en conjugar, en armonizar, partiendo del respeto mutuo, las dos distintas maneras de componer nuestra realidad. Difícil tarea social y política, que no puede hacerse de la noche a la mañana y que requiere de esas dos Bolivias, que deben encontrarse en la contemplación desprejuiciada; dando y recibiendo, admirando y respetando, para incorporar los beneficios de la tecnología de la modernidad sin perder los horizontes de la propia identidad cultural.

Extractos de un artículo de Álvaro García Linera (vicepresidente de Bolivia), publicado en el quincenal El juguete rabioso, La Paz, Nº 150, del 2 al 15 de abril de 2006:

            A partir del triunfo electoral del MAS [Movimiento al Socialismo], el 18 de diciembre, la izquierda latinoamericana se ha potenciado con la presencia de un nuevo actor que emerge desde el corazón de Sudamérica: el evismo [Evo Morales, líder del MAS y presidente de Bolivia].
            [...| El primer componente central del evismo es una estrategia de lucha por el poder fundada en los movimientos sociales. Esto marca una ruptura con las estrategias previas que ha conocido nuestra historia política y buena parte de la historia política continental y mundial. Anteriormente, las estrategias de los subalternos estaban construidas a la manera de una vanguardia política [...] Pero el evismo modifica este debate al plantearse la posibilidad de que el acceso a niveles de decisión del Estado los puedan hacer los propios movimientos sociales [...] El evismo es, pues, una forma de autorrepresentación política estatal de la sociedad plebeya [...].
            Un segundo componente central del evismo [...] es que el núcleo articulador de esta estrategia es el discurso de la identidad y la presencia indígena [...] El indianismo que propone Evo Morales es ante todo cultural, por ello puede convocar a sectores más amplios de la nación para incluirlos en un proyecto renovador [...] Partiendo de ese su indianismo flexible [...] puede abrirse a los mestizos, a los blancos [...] pero bajo la premisa de organizar un nuevo proyecto que tenga como base [...] a la nación, pero ya en un momento distinto [...] El núcleo unificador de lo social y promovedor de la idea de nación es el indio [...] En esta nueva etapa [...] el indio es ya un sujeto político autónomo que propone un nuevo modelo de nacionalismo expansivo, una nación multicultural que resalta la "unidad en la diversidad" [...].
            El propio Evo Morales ha conceptualizado al proceso que encabeza como una revolución democrática cultural o una revolución democrática descolonizadora, que modifica las estructuras de poder, modifica la composición de las élites del poder y los derechos, y con eso las instituciones, del Estado [...] El evismo es una estrategia de poder en plena construcción [...] porque lo hace desde el punto de vista de quien ha llegado a las estructuras de poder y está tratando de dominarlas [...].