Mediapart/infoLibre, 22 de agosto de 2022.
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- Pekín busca nuevos mercados y fuentes de materias primas, lo que se traduce en un choque de imperialismos en el que también se inscribe la invasión rusa de Ucrania.
- La situación actual es de dependencia mutua entre las dos superpotencias, pero también de competencia exacerbada porque cada una de ellas intenta construir un modelo económico «independiente» de la otra sin conseguirlo.
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El verano de 2022 ha demostrado que la tensión entre China y Estados Unidos no había quedado relegada a un segundo plano por la guerra de Ucrania, sino todo lo contrario. Pero si esta tensión se analiza a menudo, y no sin razón, como la lucha de dos imperialismos en competencia, también es fruto de las contradicciones de la hegemonía estadounidense sobre el capitalismo y de una cierta ceguera de esta potencia.