UNED, 2022.
Uno de los problemas sociales y económicos más importantes de España es el alto nivel de desigualdad en la distribución de ingresos, sensiblemente mayor que en la mayoría de los países europeos. Una de las razones principales de esta realidad es la menor capacidad redistributiva del sistema de impuestos y prestaciones sociales. Esta gran desigualdad persiste en el tiempo y hace que nuestro país sea más vulnerable ante posibles shocks económicos, ya que la desigualdad crece rápidamente cuando la economía está en recesión y se reduce poco cuando se expande. La intensidad y duración de la crisis iniciada en 2008 provocó un importante aumento de la desigualdad en las rentas percibidas por los hogares, y dio lugar a una importante caída del porcentaje de población perceptora de rentas medias. Esta tendencia negativa no se vio compensada por crecimiento económico experimentado desde 2014, magro y muy desigual, por lo que muchos hogares se encontraban en una situación de notable vulnerabilidad cuando llegó la crisis de la covid-19. Si esta dinámica no se revierte, la pobreza en España, caracterizada por ser transitoria pero recurrente, corre el riesgo de cronificarse, lo que provocaría que los efectos de los shocks transitorios persistan en el tiempo.