Letras Libres, 25 noviembre 2022.
Hay discursos que son meros ejercicios para educar en el oficio de escribir discursos, y otros que dan ganas de luchar. Uno escuchado desde Qatar merece estar entre los peores de la historia.
En mi biblioteca tengo una buena cantidad de discursos clásicos de Lisias, Dion de Prusa, Isócrates, Juliano, Antifonte, Elio Aristides, entre otros, y por supuesto Demóstenes, Cicerón y los Catones. Sobre todo son políticos, legales o religiosos. A veces son meros ejercicios para educar alumnos en el oficio de escribir y pronunciar discursos.
El primer discurso en el compendio de Antifonte es un texto forense en el que un hombre solicita a los jueces castigo para su madrastra por haber asesinado con veneno a su padre y a un amigo. “Hoy por hoy, yo estimo que, de la misma manera que a aquel infortunado esta mujer lo mató sin un punto de conmiseración ni de duelo, así mismo ha de morir también ella por el poder de ustedes y por el de la justicia.”