Letras Libres, 1 de marzo de 2019.
Traducción del inglés de Daniel Gascón.
Publicado inicialmente en The New York Review of Books.
Algo nuevo está ocurriendo en la derecha europea, y no se limita a
estallidos de xenofobia populista. Sería un error, y más desde la
discrepancia, desdeñar estos movimientos o las inquietudes que
reflejan.
En febrero del año pasado el Congreso de Acción Política Conservadora (CAPC)
celebró su convención anual en Washington D. C. Esta reunión es una especie de Davos
de derechas donde insiders y aspirantes acuden a ver qué hay de nuevo. El orador
inaugural, no tan nuevo, era el vicepresidente Mike Pence. La nueva oradora, muy
nueva, era una estilosa francesa, todavía veinteañera, llamada Marion Maréchal-Le Pen.
Marion, como la llaman en Francia, es nieta de Jean-Marie Le Pen, fundador del partido
de extrema derecha Frente Nacional, y sobrina de Marine Le Pen, su actual presidenta.
Los franceses conocieron a Marion como niña, resplandeciente en los brazos de su
abuelo, en los carteles de campaña, y nunca ha desaparecido de la escena pública. En
2012, a los veintidós años, entró en el Parlamento como la diputada más joven desde la
Revolución francesa. Pero decidió no presentarse a la reelección en 2017, bajo el
pretexto de que quería pasarmás tiempo con su familia. En vez de eso, ha estado
haciendo grandes planes.