elDiario.es, 16 de agosto de 2021.
En un mundo idílico podemos creer en los unicornios. Pero en la vida real las invasiones militares buscan intereses propios que a menudo chocan con los de la población autóctona. En medio de todo ello, las mujeres suelen ser un argumento de quita y pon.
En 2001 miles de periodistas, analistas y políticos clamaron en favor de una intervención militar en Afganistán como respuesta a los ataques del 11S que Al Qaeda perpetró en Estados Unidos. La propaganda estadounidense, para convencer a la comunidad internacional, aseguró que además liberaría a las mujeres afganas de la opresión del régimen talibán. Si viviéramos en un mundo idílico podríamos creer que los Ejércitos armados no arrojan bombas, solo construyen paz. Pero como no vivimos en un mundo idílico es obligación analizar la realidad para no caer en la trampa de cualquier propaganda.