CIDOB opinion 677, JULIO 2021.
Tras ganar las alcaldías de las principales ciudades del país, la izquierda milenial
chilena ha estado a punto de dar la sorpresa en las elecciones regionales de
Santiago. Con nuevos liderazgos, en buena parte femeninos, los partidos de
la izquierda alternativa deberán realizar un esfuerzo importante para que
se les visibilice como una opción de gobierno viable en una sociedad de raíz
conservadora.
La ajustada victoria de la centroizquierda en la región metropolitana
de Santiago en la segunda vuelta de las elecciones a gobernadores
regionales celebradas el 6 de junio en Chile matiza, en cierto modo,
la irrupción de la que podríamos llamar izquierda milenial o alternativa
en el mapa político chileno. Los resultados de las súper-elecciones celebradas
en el país dos semanas antes que sirvieron para elegir constituyentes,
alcaldes y gobernadores regionales (primera vuelta) habían situado a
los partidos tradicionales en una situación muy delicada en un momento
trascendental en la historia política del país. Los buenos resultados de independientes
y de la izquierda alternativa en las constituyentes, sumado
a los excelentes resultados del Frente Amplio y el Partido Comunista en
alcaldías tan simbólicas como la propia capital Santiago, pusieron todos
los focos en la segunda vuelta metropolitana en lo que se ha denominado
la batalla de Santiago.