Noviembre de 2020.
A lo largo de la historia, las pandemias han sido uno de los fenómenos que más han repercutido en la distribución de los ingresos y la riqueza de las sociedades. Tanto es así, que la mayoría han conllevado un aumento pronunciado de la desigualdad. 1 La destrucción de empleo asociada a las crisis económicas generadas por las pandemias se suele concentrar en los colectivos más desfavorecidos, aumentando así las desigualdades de renta. Sin embargo, los sistemas de protección social del pasado nada tienen que ver con los mecanismos que provee el estado del bienestar moderno. Esta es, seguramente, una de las principales diferencias entre la pandemia actual y las del pasado: la contundente respuesta en términos de políticas públicas que se está llevando a cabo.2 Pero ¿es suficiente? ¿Se está ofreciendo cobertura a todos los colectivos? ¿Se está actuando de forma eficaz?