Junio de 2018
Bajo la apelación de Mayo del 68 se engloban procesos y acontecimientos
variados que tuvieron lugar en muchos países y a lo largo de un período bastante
dilatado.
Tuve la oportunidad, y la suerte, de conocer de primera mano el Mayo francés,
que ha quedado en la historia como el más relevante. Pasé unos días en París en la
segunda mitad de mayo y viajé de nuevo a la capital francesa en la segunda semana de
junio. Es a este Mayo, el francés, al que me referiré en estas líneas.
El Mayo francés estuvo compuesto en realidad por dos mayos distintos aunque
parcialmente coincidentes en el tiempo.
Uno fue el estudiantil, de universidades y liceos, que arrancó el 3 de mayo, y que
fue precedido por las movilizaciones de la universidad de Nanterre, que empezaron a
finales de 1967. Esta movilización se prolongó a lo largo de mayo y junio, aunque, a lo
largo de este último mes, fue decayendo. Se trató de un proceso de carácter
predominantemente expresivo, cultural, o contracultural, en el que las reivindicaciones
fueron surgiendo al calor de la acción (contra el cierre de la universidad de Nanterre y
luego de la Sorbona; demandas antidepresivas; oposición a la orden de expulsión de
Francia de Cohn Bendit…).