infoLibre, 12 de marzo de 2021.
Confieso que sufro una fatiga política de un grado similar o superior a la pandémica. Y me preocupa. Tengo poco que añadir a los análisis publicados en estas mismas páginas (ver por ejemplo aquí el de Daniel Basteiro o aquí el de Javier Valenzuela). Pero leo y escucho las declaraciones de los protagonistas del terremoto que agita a las derechas y se me vienen a la cabeza recuerdos del tamayazo mezclados con la imagen de aquella mítica escena de Robert Redford en El candidato, cuando viaja de un mitin a otro y en el asiento trasero del coche oficial empieza a burlarse de sí mismo ensayando un discurso de sonidos ininteligibles y frases huecas, reconocimiento explícito de que ya se ha convertido en una voz más del circo político-mediático, del show profesionalizado en el que importan todo tipo de intereses excepto el de los electores.