Imanol Zubero

Antes de tiempo
(El Correo, 28 de mayo de 2006)

            El pasado miércoles un grupo de actrices se personó a las puertas del Congreso de los Diputados para repartir rosas blancas como expresión de apoyo a la oportunidad para la paz abierta tras la declaración de alto el fuego de ETA. Por su parte, Bob Dylan actuará en julio en San Sebastián en un concierto pensado, según sus promotores, como contribución para «blindar» el proceso de paz. Son sólo dos de las muchas manifestaciones de júbilo, esperanza o apoyo a este nuevo tiempo de oportunidades surgidas de las más diversas instancias de la sociedad. Planteadas en un contexto de extrema polarización política, el inevitable destino de estas iniciativas ha sido el de pasar a formar parte del arsenal de agravios que alimentan la desgraciada guerra a propósito de la paz que enfrenta al Partido Popular y al Gobierno de Rodríguez Zapatero (y sus aliados que en este tema son todos salvo el PP). Quienes las cuestionan lo hacen recurriendo al argumento de la ofensa para con las víctimas del terrorismo: ¿cuándo han tenido las actrices españolas un gesto de solidaridad hacia ellas? ¿Y cuándo a lo largo de nuestros años de plomo se ha preocupado nadie por hacer que un mito como Dylan cante a favor de las víctimas de ETA? ¿Por qué ahora sí y no antes?
            Son críticas injustas. En relación a las víctimas del terrorismo lo cuestionable no es cuándo ha llegado cada cual a la solidaridad con su causa. No nos equivoquemos: en esto no hay nadie que haya llegado a tiempo. En 1986 escribí algo que, con permiso, quiero recordar ahora: «Nunca es pronto para decir basta, pues decirlo, tenerlo que decir, implica que ha ocurrido ya lo que no debió ocurrir, lo que debió evitarse. Nunca es pronto para decir basta. Si hay que decirlo ya es tarde». Así es. Todos hemos llegado tarde a la tragedia de las víctimas. Y puesto que todos hemos llegado tarde, lo realmente importante es llegar. Por eso es tan valiosa la reflexión que el jueves hacía pública Batzarre a través de su representante Milagros Rubio, ex parlamentaria en la Cámara navarra y concejal de Tudela: «Las gentes de la izquierda vasca no podemos pasar página sin someter a revisión crítica nuestras posiciones del pasado sobre ETA», una postura que «ha sido pobre en criterios morales o en valores como los derechos humanos fundamentales, el pluralismo ideológico, la legitimidad de la diversidad identitaria, la cultura democrática».
            Pero si ninguna iniciativa debe ser rechazada por haber llegado tarde, sí puede ocurrir que algunas deban ser cuestionadas por llegar demasiado pronto. En el discurso de apertura del 72º Congreso Internacional de Escritores, que hoy finaliza en Berlín, Günther Grass ha dicho: «Los escritores estamos obligados a contar los muertos y a sacarlos uno a uno de las masas de personas enterradas que no tienen nombre». Esta debería ser la tarea de los artistas en España: no alegrar a los vivos sino hacer memoria de los muertos. No cantemos victoria antes de tiempo. No hemos agotado aún el tiempo del duelo.

i.zubero@diario-elcorreo.com