infoLibre, 10 de noviembre de 2024.
Una conversación de Jordi Gracia con Blanca Garcés, investigadora de migraciones del CIDOB y Gonzalo Fanjul, fundador de la Fundación Por Causa. Les preguntamos sobre los problemas de la izquierda para afrontar la gestión de la migración y comprender su aportación material, económica y cultural.
Los niveles de envilecimiento de la conversación pública tienen en la inmigración uno de sus logros más miserables. La concentración de mensajes públicos y políticos contra quienes buscan mejorar sus condiciones de vida abandonando sus ciudades y países puede ser una señal cruda de la convulsión ética que provoca el miedo y el alarmismo incentivado artificialmente. La tragedia de los muertos en las costas se funde intencionadamente con un proceso histórico y constante de migraciones que España ha empezado a vivir de forma más intensa en los últimos años básicamente por una razón: porque es mucho más rica que antes y hoy es un horizonte de destino codiciable por quienes han nacido en lugares menos afortunados. El discurso policial y represivo de la derecha y la ultraderecha es el clásico y se basa en el miedo con ribetes de odio; el problema más grave está en la dificultad de la izquierda para afrontar de forma inteligente y franca la gestión de la migración y comprender resolutivamente la aportación material, económica y por supuesto también cultural de quienes se incorporan al mercado de trabajo y al sistema tributario. La frescura intelectual y la solvencia de Blanca Garcés (investigadora en migraciones del CIDOB de Barcelona) y Gonzalo Fanjul (fundador de la Fundación Por Causa dedicada a la defensa de los derechos humanos) ayudan a pensar de otro modo sobre la migración: nos necesitan ellos tanto como los necesitamos nosotros.