Jean-Loup Motchane
Los microcréditos. Cuando los pobres
seducen a la banca
(Traducción para Ágora: Carlos Ortiz de Zárate) (www.lainsignia.org) (*)
Gracias al microcrédito, millones de pobres, esencialmente mujeres, han podido salir del círculo vicioso de la miseria. Una tasa de devolución excepcional (97%) más elevada que la que se produce en el crédito clásico, ha permitido que el sistema se extienda a todos los continentes. Nacido en Bangladesh a principios de los 80, actualmente se ofrece tanto a los habitantes del círculo polar como a los de los ghetos de Chicago o a aquellos de las reservas indias del oeste americano. Es previsible que este éxito termine por suscitar el interés de la banca privada tras haber sido objeto de la desconfianza e incluso de la hostilidad de la misma en la primera etapa. El microcrédito y los éxitos puntuales de éste sirven actualmente de argumento para justificar las evoluciones doctrinales de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Cnuced). Para quien la ayuda pública debe postergarse a la acción privada.
Todo empezó en 1974, cuando Muhammed Yunus (1), profesor de economía en la Universidad de Chittagong, en Bangladesh, constató que unos dólares más o menos constituían toda la diferencia entre la vida y la muerte. Con el préstamo de 27 dólares a campesinos muy pobres de un pueblo del entorno de Jorba, sacó a 42 familias de las manos de los usureros. Los préstamos fueron devueltos en su totalidad a partir de 1976. Había nacido el concepto de microcrédito.
En 1983, Muhammed Yunus fundó un banco especializado en los micropréstamos a los pobres del medio rural, el banco Grameen (de la palabra gram, que significa aldea), con sucursales en 37.000 localidades. Con una clientela compuesta en 94% por mujeres (una provocación en un país musulmán) estos préstamos acumulados alcanzaban, en 1995, el equivalente de 1 millardo de dólares. La cantidad media de crédito es de 160 dólares y la tasa de devolución - 97%- es más elevada que la que se produce en los créditos clásicos. Si ocurre así, incluso con tasas de interés muy elevadas, es porque la rentabilidad del capital invertido puede alcanzar el triple o el cuadruple del crédito obtenido.
La Conferencia de las Naciones Unidas para el comercio y el desarrollo (Cnuced) estima en 500 millones (contando los miembros de la familia) el número de personas susceptibles de recurrir al microcrédito y en torno a 7000 el númeo de instituciones de microfinanza -IMF (2)- que ofrecen servicio a 8 millones de personas, para un volumen global de crédito de 7 millardos de dólares. Todas las instituciones de microcrédito han comenzado por ser asociaciones sin fines lucrativos que viven de donaciones o de subvenciones. Sin embargo, para lograr acciones duraderas han estado obligadas a autofinanciarse.
Que el microcrédito pueda constituir una fuente de beneficios será el gran descubrimiento de estos últimos años. Así los bancos Sol, en Bolivia y K-Rep en Kenia, establecimientos dedicados a préstamos a los pobres, tinen "tasas de rentabilidad superiores a las que tienen algunos de los más grandes y de los mejores bancos del mundo (3). En las Filipinas, la Kaunlarant Agricultural Corporation ha obtenido un beneficio neto de 294.000 dólares en una cartera de créditos de 1,6 millones. Según el Cnuced, el mercado potencial creado por estos 500 millones de "microempresarios" potenciales no sobrepasa los 100 millardos de dólares: una cantidad muy débil con relación al volumen de los préstamos clásicos, evaluado en 13.000 millardos de dólares.
Excluidos por el crédito tradicional
Una de las estructuras que han contribuido más en hacer que la microfinanza sea una actividad comercial rentable es la Americans for Comunity Coorporation in Other Nations (Accion). Asociación con fines no lucrativos que tiene su sede en Estados Unidos, ella disponía, en 1997, de un presupuesto de 6,7 millones de dólares de los que 70% provenía del sector privado. Su red se extiende a 13 países del continente americano, entre ellos, especialmente, el Banco Sol que la asociación ayudó a crear en 1992. En 1997, Accion distribuyó 490 millones de dólares a 310.000 microempresarios, con créditos de una cantidad media de 650 dólares y una tasa de pago de 98% (4).
En Europa, las instituciones de microcrédito implicadas en la ayuda al desarrollo comenzaron a aparecer en los 90. En Francia, la Société d'investissement et de développement international -SIDI (5)-. Otra iniciativa francesa para la ayuda al desarrollo: PlanNet Bannk, fundada el 13 de octubre de 1998 por Jacques Attali, exconsejero especial de François Mitterrand. Esta asociación utiliza Internet para aportar su apoyo a las organizaciones que ofrecen servicios financieros a los más pobres y que abarquen desde el refinanciamiento de los organismos de microcrédito a la evaluación de los proyectos y de las instituciones de microfinanza (rating), pasando por las ofertas de información, de formación y de consejo. El continente africano será prioritario.
La Banque internationale du Luxembourg (BIL) ha anunciado la creación de un fondo de inversión de 10 millones de dólares "que toma prestado de los ricos para prestar a los pobres" (6). Este fondo llamado Dexia Micro-Crédit, será gestionado por Axa Investment Managers, tercer gestor mundial de fondos (500 millones de dólares) y se consagrará a la refinanciación de las organizaciones de microcrédito en los países pobres; los primeros proyectos se concentrarán en países de América latina. Las tasa de interés será de 10% y la tasa de beneficios del orden del 6% , suficientes para interesar a los inversores, pero bastante débil para asegurar el carácter ético de esta operación.
Solamente tres años después de la invención del micro-crédito, en 1974 en Bangladesh, los Estados Unidos se dotaron de una legislación (7) que permitía a los habitantes pobres de las zonas rurales y de las urbanas desfavorecidas, excluidos del préstamo bancario tradicional, obtener créditos. Esta ley obliga a los bancos a consagrar una cierta parte de sus activos a préstamos a clientes cuyos ingresos son moderados o débiles. Pero, como ocurrió en los otros países desarrollados, la desregulación de los 80 y de los 90 y la globalización se tradujeron tras el Atlántico en un crecimiento espectacular de las desigualdades y en un aumento de la gran pobreza. Los presupuestos destinados a los programas sociales fueron suprimidos o reducidos por el Congreso, con mayoría republicana y las acciones de solidaridad fueron privatizadas. Se reunían las condiciones para que se desarrollara el mircrocédito, amparado en el dispositivo legislativo. Entre 1988 y 1998, aproximadamente 1000 millardos de dólares fueron distribuidos en aplicación de la ley de 1977. Grandes establecimientos financieros como Bankers Trust (8), Wells Fargo o Citicorp apoyan la acción de los IMF.
Un mercado en plena expansión
Diversas asociaciones se esfuerzan para ofrecer créditos a los parados o a las personas con bajos ingresos. Es el caso de Accion, en las zonas desfavorecidas de 8 grandes ciudades americanas y de Operation Hope, dirigida por el joven y elegante banquero John Bryant, en South Central, el barrio pobre de Los Ángeles (9). Traumatizado por las violentas manifestaciones de abril de 1992, que causaron en esta ciudad destrozos evaluados en 1 millardo de dólares, el señor Bryan comenzó su lucha contra la gran pobreza en 1994. "Soy un capitalista, pero con corazón" explica a los periodistas antes de añadir: "Se puede vivir bien haciendo el bien. Una sociedad basada exclusivamente en el beneficio no durará mucho. En cuanto al presidente de Accion, Michael Chu, éste es también un financiero conocido. Nacido en China, en 1949, pero educado en Uruguay, tuvo que refugiarse en Estados Unidos a causa de su oposición al régimen militar. Hoy ya no cree que "el cambio social que se produjera por un gobierno ilustrado sea la panacea (10)". Estima que solamente se vencerá la pobreza si se da a la gente su independencia económica y la posibilidad de decidir su futuro.
Es en el momento en que el liberalismo económico resulta el referente dominante de las políticas económicas europeas, al este como al oeste y en el que el paro y la pobreza se extienden, cuando el microcrédito comienza verdaderamente a tomar impulso en el viejo continente. En Varsovia, Rosalind Capisarov, que comenzó su carrera en los bancos americanos J.P. Morgan, Midland y Citicorp y María Novak, consejera en el Banco Mundial, inician, en 1997, con la ayuda de la Fundación Mott, del gobierno americano y del Banco Mundial, el Micro Finance Center para ayudar a todas las instituciones de microcrédito de Europa central y oriental.
En Francia existe una cincuentena de organismos de inversiones alternativas y solidarias Entre ellos se distinguen dos por su volumen de actividad: la asociación de los Fonds France active (FFA) y la Assotiation pour le droit à l'initiative économique (ADIE) cuyas actividades son bastante complementarias y benefician del apoyo de la Caisse des dépots te consignations, de los bancos cooperativas y de los poderes públicos. Estas asociaciones realizan operaciones de consejo y de formación para los parados creadores de empresas, montajes de informes financieros y de garantía para los bancos colaboradores que acuerdan los créditos. Este último punto es importante; el riesgo no debe ser asumido por el organismo financiero, quien repercutiría éste en sus intereses.
Estos bancos, mutualidades de crédito o cajas de ahorro ofrecen, en su mayoría, tasas normales (de 5 a 6,5% por año) y el plazo varía entre 2 y 5 años. Los bancos comerciales franceses intervienen con poca frecuencia en operaciones de microcrédito. Estos no han comprendido aún que los pobres ofrecen un mercado en plena expansión y de una rentabilidad segura. Además estas instituciones renuncian, asimismo a un argumento publicitario de una perfecta corrección política: "utilizar el capitalismo para hacer el bien" (11).
NOTAS
1. Muhammed Yunus "Transgresser les préjugées économiques", Le Monde Diplomatique, diciembre de 1997.
2. El número de instituciones de microfinanza es evaluado por otras fuentes en 2 o 3000 solamente.
3. Cnuced, 10ª Conferencia, comunicado de prensa del 22 de octubre de 1998.
4. Accion ha distribuido entre 1992 y 1997 más de 1,7 millardos de dólares a 1,4 millones de clientes, con una tasa de devolución de 98%.
5. En 1997, 49% de su cartera de 14 millones de francos había sido invertido en América latina, 17% en África, 14,5% en Asia, 14% en la cuenca mediterránea y el resto, 5'5, en Europa. Desde 1988, el SIDI ha ayudado financieramente a 8000 empresas con un total de aproximadamente 32.000 empleados con una suma de 195 millones de francos.
6. Cnuced, 10ª Conferencia, comunicado de prensa del 22 de octubre de 1998.
7. Se trata del National Community Reinvestment Act, ley promulgada en 1977 y modificada en 1997.
8. Bankers Trust es el octavo banco americano. Fue comprado en 1998 por el Deutsche Bank alemán y se realizará la fusión en 1999.
9. Esta asociación ha canalizado desde hace cuatro años 7 millones de dólares hacia pequeñas empresas.
10. Boston Business Journal, 9 de abril de 1998.
11."Les placements alternatifs et solidaires", Alternatives économiques, hors séries pratiques, nº 10, 2º semestre de 1997.
(*) Publicado originalmente en Le Monde Diplomatique.