Jesús Urra

Las elecciones en Nafarroa.
El resultado y las perspectivas de Na-Bai

(Hika 190zka. 2007ko uztaila)

            Refuerza todavía más el peso electoral alcanzado en las elecciones generales-04. Consolida el cambio de hegemonía en el tercer bloque electoral (incluida IU). Incrementa el creciente peso del tiempo en que ETA pierde fuerza y puede abrir una etapa nueva para la izquierda abertzale y para esa otra izquierda con componentes vasquistas, si se produce la entrada en el gobierno de Navarra: ahí se verán los resultados que sean capaces de cosechar. Curiosamente, cada vez más, Batasuna-ANV -en tanto que organización políticamente afín a ETA- aparece objetivamente y a los ojos del resto de las izquierdas como un obstáculo o un freno del cambio desde las instituciones. Na-Bai ha recogido y encarnado como nadie el hartazgo de la izquierda social contra la derecha por su estilo insultante, la tradición unitaria y sobre todo la demanda profunda de cambio desde las instituciones existente en esas izquierdas. Los datos avalan también que su base social es muy mayoritariamente de izquierdas.
            Este conjunto de elementos ha creado las condiciones para que Na-Bai se postulara como el símbolo más genuino del cambio. A ello ha contribuido su mensaje claro por el cambio, el esfuerzo unitario, una propuesta de acuerdo al resto de izquierdas creíble y viable (frente a la auto-postulación del PSN que carecía de viabilidad y de credibilidad), un mensaje pro-vasquista más abierto, más atento a la pluralidad identitaria, más proclive a las causas sociales, con muy pocos componentes y acentos de tesis y símbolos nacionalistas-vascos... Esto ha sido comentado públicamente. La derecha lo ha tachado de mensaje emboscado y taimado. Para mí no está clara la solidez de esta evolución. La sociedad navarra y la mala experiencia del abertzalismo y vasquismo navarros en los últimos 30 años empujan claramente en esa dirección. Pero al mismo tiempo esta evolución entra en contradicción con las tesis más ortodoxas del acuerdo de Na-Bai para las elecciones forales sobre el tema nacional o sobre el problema de ETA. Y resulta muy ilustrativo que entre los 12 parlamentarios forales o entre los 8 concejales del ayuntamiento de Iruña solamente haya una persona no-nacionalista vasca en cada caso; o que el parlamentario de Batzarre salga con 7.873 votos mientras que los de Aralar los sean con 4.813 y los de EA-PNV con 4.564 cada uno; algo a todas luces desproporcionado y en lo que se empeñaron con un ardor inusitado los tres partidos nacionalistas-vascos frente a Batzarre y a una parte de los independientes. El tiempo dilucidará esta contradicción.
            Tras las elecciones se produce una centralidad mayor de Na-Bai frente a Batasuna y sobre todo a IU en la recomposición de la izquierda y del vasquismo. He aquí algunos dilemas del futuro poniéndonos en la perspectiva de que se forme un gobierno alternativo (en caso contrario posiblemente se crearía una situación incierta, con frustración, con más dificultades, etcétera) Simplemente enunciaré varios temas.
            Hay tres premisas que condicionarán el asentamiento y la reordenación del tercer bloque político-electoral (Na-Bai, IU, Batasuna) Una, la evolución de la ruptura de la tregua que si no se reconduce hacia el final de ETA (y nada apunta en esa dirección) provoca inestabilidad, problemas añadidos y estériles en este bloque; dejo para otra ocasión los distintos escenarios que se puedan abrir al respecto. Otra, que haya una voluntad unitaria sincera entre todas estas fuerzas para recomponer este bloque dando cabida a sus diferentes sensibilidades. Tercera, resolver bien el reto principal de Na-Bai: su consistencia interna, que presenta dilemas y situaciones difíciles de resolver.
            Desde Batzarre vamos a proseguir con una orientación de izquierdas para Na-Bai; con primacía de las causas sociales, abierta a nacionalistas-vascos y a no nacionalistas vascos o navarristas, propulsora junto al navarrismo de izquierdas de un pacto para la convivencia de identidades, progresista, anticipadora de planes futuros para las nuevas generaciones, impulsora de un pacto de fondo entre las diferentes izquierdas navarras, y que revise con espíritu autocrítico sus tesis nacionales, su postura ante ETA...
            Y en la construcción interna –que va a tener una importancia crucial- Na-Bai debe dar respuesta a varias cuestiones.
            ¿Se postula como una coalición casi exclusivamente nacionalista o como una plataforma plural de izquierdas formada por abertzales, vasquistas y sectores navarristas? Ambas son legitimas, pero diferentes. Como ya he expuesto Batzarre apuesta porque Na-Bai se abra a estos sectores. Creo que dicha pluralidad se da en su base electoral. Y no basta con promulgarlo en las elecciones. Hay que establecer unas bases programáticas y una representación más equilibrada hacia los sectores no adscritos al nacionalismo-vasco.
            ¿Se desea una Na-Bai casi exclusiva formada por partidos o con una composición dual: partidos y personas no-afiliadas, si estas tienen un peso real y activo como parece evidente que lo tienen? ¿Se van a habilitar asambleas y estructuras co-decisorias o todo el poder va seguir estando en manos de los partidos?
            Otros temas centrales: la representatividad. Hasta la fecha se ha funcionado casi por consenso. Ahora se avecina una situación completamente nueva. ¿Cómo se va a articular la toma de decisiones? Y la confección de las listas ¿La representatividad va a continuar basada de modo rígido y único en las elecciones excepcionales del 2.003 o se van a contemplar criterios que incluyan la opinión del cuerpo social de Na-Bai?
            La pluralidad es un dato constituyente de Na-Bai. Al propio tiempo, son necesarios los criterios de la eficiencia y de la mayoría. ¿Cómo se van a combinar ambos polos? ¿Se va a impulsar una Na-Bai que admita la pluralidad, incluida la discrepancia pública o una Na-Bai uniforme, monolítica? Esta cuestión es central en general y en particular para Batzarre: Afecta a temas donde hay posiciones de fondo bastante divergentes sobre identidades, modelo social...
            Por último, dejo para otra ocasión el comentario sobre los múltiples temas y problemas que la nueva situación le va a crear a Batzarre. Únicamente me referiré al nuevo escenario en que nos vemos envueltos: actuar en la gran política, la posibilidad de participar directa o indirectamente en la gestión gubernamental y en algunas instituciones municipales de envergadura. Nos preocupa cómo afrontar esta cuestión sin ver modificada nuestra naturaleza de fuerza disidente, empeñada en aportar ideas y practicas diferentes. Nos inclinamos por:

            1) Hacer la experiencia de la citada gestión gubernamental y de mayoría institucional, conocer mejor los intríngulis de estas materias.
            2) Contemplarlo bajo una perspectiva de transformación más amplia, que incluya un plan de reformas todo lo necesarias o radicales que sea preciso, pero alejada en parte del radicalismo simplista, a veces retórico y unilateral tan caro a algunas de nuestras izquierdas.
3) Constatar los resultados y las mejoras que se obtengan para la mayoría y para los sectores más desfavorecidos y posteriormente realizar un balance claro, sin trampas ni concesiones para dictaminar qué valoración nos merece esta experiencia.
            4) Esforzarnos por adaptar nuestra singularidad a la nueva situación institucional; es preciso que Batzarre mantenga por su cuenta su estilo municipalista e institucional y que lo mejore.
            5) No ceder y no dejarnos pillar por la conciencia media, muy mayoritaria en Na-Bai, que penetra de modo espontáneo y que en ocasiones y en algunos casos está constituida a base de mediocridad, interés, afán de poder, bajo el envoltorio de darle a la vuelta a la tortilla... que es demoledora para la disidencia, para la crítica y para emitir un discurso propio a veces contracorriente. Y que es letal para un colectivo como Batzarre si se subordina a esas pautas en este caso asociadas al nacionalismo-vasco.