CTXT, 15 de noviembre de 2018.
NUEVA YORK. El mundo parece decidido a dejar a Joseph Stiglitz en fuera de
juego. Después de asesorar al gobierno de Bill Clinton y liderar el Banco Mundial a
mediados y finales de los años noventa, y de ganar un Premio Nobel en 2001, el
economista de la Universidad de Columbia pasó a ser uno de los críticos más agudos
tanto del abandono de la clase trabajadora por parte del Partido Demócrata como –de
manera clave– de las desigualdades y desequilibrios de poder originados por la
globalización en los países del Sur. En estas apareció Donald Trump. Y Stiglitz volvió
a estar a la altura de las circunstancias, profundizando y ensanchando si cabe el nivel
de su crítica. ¿Cómo es posible que el mismo sistema contra el que había arremetido
por dejar de lado a los pobres de África y los campesinos de América Latina
alumbrara una monstruosidad política que decía hablar en nombre de los “olvidados”
de Estados Unidos? ¿Podía ser América la perdedora de un sistema que creó y se
esforzó en imponer? Stiglitz, que ha actualizado su libro más influyente, El Malestar
de la globalización para abordar tamañas novedades, recibe a CTXT en su oficina del
norte de Manhattan para departir sobre la guerra comercial con China, la insuficiencia
de un análisis geopolítico de la globalización que deje de lado cuestiones de clase y la
urgencia de la protección social como antídoto al ascenso de reaccionarios y
neoproteccionistas.