José Sánchez
Comentarios a la propuesta de organizar la movilidad
de las personas, de Sami Naïr (pensando en África)

Octubre de 2006

            Sami Naïr en su último libro (1) publicado en España hace una propuesta de gestión de los flujos migratorios, frente al dilema de fronteras abiertas o cerradas, basada en una estrategia de circulación organizada en la que defiende, entre otras cosas, el derecho a la libre circulación. Además de ser muy sugerente, está apoyada en datos contrastables, lo que permite debatir una cuestión excesivamente polarizada. Las siguientes líneas van destinadas a comentar esta idea.

Las políticas restrictivas

            El control de la inmigración ha sido un asunto de gran importancia desde finales de la década de los años 50 del siglo XX en Gran Bretaña y a partir de la crisis del petróleo del 73 en el resto de Europa (2), y lo sigue siendo en la actualidad (3).
            Los argumentos utilizados en defensa de las políticas restrictivas son conocidos: seguridad nacional frente al narcotráfico y el terrorismo; saturación de los mercados de trabajo; presión sobre los servicios sociales; salvaguarda de la cohesión social; restricción por razones étnicas-culturales (4). Sin embargo, ello no ha impedido el aumento considerable de los flujos de población legal e indocumentada con destino a Europa. Se dan así una variedad de situaciones que permiten seguir hablando de políticas de apertura migratoria (5): programas de reunificación familiar; refugiados; libre circulación de personas en los espacios de integración regional; recursos humanos cualificados (6). Todo ello dentro de una tendencia a desplazamientos anárquicos y clandestinos.
            Las políticas restrictivas, generalizadas en  todo el mundo, no se adaptan a las actuales migraciones, determinadas por la globalización. Por ello, el balance es muy negativo, han fracasado y conseguido lo contrario de lo que pretendían (7).
            Las migraciones actuales no son mayores a las de otras épocas (8). En el 2005 el número de migrantes internacionales alcanzó los 191 millones, de ellos 115 millones vivían en países desarrollados y 75 en países en desarrollo. Aproximadamente, el 3% de la población mundial son migrantes (9). Aunque sigue habiendo migración Norte-Norte y Sur-Sur, la migración Sur-Norte es la que parece aumentar más rápido. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que la mitad de todos los migrantes internacionales, unos 95 millones, son fuerza de trabajo. Las mujeres migrantes representan casi la mitad, y en los países desarrollados lo superan (10). Estos datos globales indican que en el espacio de un siglo los migrantes internacionales se han duplicado cuando la población mundial se ha cuadruplicado.
            Por qué entonces genera tanta alarma. Quizá la respuesta no sea las características coyunturales sino el doble proceso de funcionalidad-disfuncionalidad en el que las migraciones están involucradas. Las migraciones actuales se contextualizan con altas tasas de desempleo en los países desarrollados (11) y con un Estado del bienestar sometido a continuos cambios. Por otro lado, están formando parte de nuevas pautas culturales, no sólo como una alternativa frente a la imposibilidad de quedarse en su país, sino también como una elección libre en términos del progreso individual o familiar.

Experiencia de los últimos años

            Si lo que pretendemos es organizar, en la medida de lo posible, los flujos migratorios, es necesario mirar la experiencia de estos últimos años para ver qué reflexiones de interés podemos extraer.
            El cierre de las fronteras y el fin de los viajes de ida y vuelta constituyen la premisa indiscutible de la reagrupación familiar instaurada en toda Europa como un derecho legítimo. Es también la causa de que, desde hace dos décadas, la inmigración familiar (movimiento de repoblación) sea el principal factor de desarrollo de la emigración, en detrimento de la laboral. La reagrupación familiar (12) constituye el factor más importante de la inmigración legal en Europa, por delante incluso de la inmigración laboral. Anualmente  entran por este motivo 700.000 personas, la mitad de las entradas legales que ascienden a 1,4 millones. Francia a partir de los 90 experimenta la misma tendencia que el resto de Europa (13), la inmigración se compondrá principalmente de personas que llegan en el marco de la reagrupación familiar. Esto supone el 64% de las entradas. En España, el 6,8% de los extranjeros residentes en el 2005 obtuvieron su permiso de residencia a través de la reagrupación familiar. El incremento está siendo muy acelerado, se ha pasado de 12 permisos de residencia, concedidos en el año 2000,  a 75.000 en el 2.005 (14). Esta misma tendencia se observa en otros espacios, entre 1990 y 2002 EE.UU. recibió el 65% de sus inmigrantes en calidad de reagrupación familiar, Australia el 73% y Canadá el 34% (15).
            La inmigración procedente de los países de Europa Central y Oriental  (PECO) no ha producido la invasión que se temía (16). Todos los estudios dedicados a analizar los efectos de la ampliación de la Unión Europea (UE) sobre las migraciones coinciden en estimar que los flujos anuales potenciales de migrantes de los PECO no deben ser superior a 350.000, y en total no deben superar los tres millones de personas hasta el 2015 (17). Más que la inmigración de asentamiento, la ampliación de la UE estimulará la inmigración transfronteriza de trabajadores que cruzan regularmente las fronteras (18).
            Así, Europa del Este se ha convertido en la principal región emisora de migrantes temporales, aunque los periodos de movilidad permanente pueden ser muy largos, de 10 a 15 años (19). Parece que la globalización está favoreciendo modelos de desplazamiento circular o repetido (20). Sin embargo, la ampliación de la UE plantea dos preguntas: qué políticas de movilidad habría que instaurar para responder a las necesidades de desarrollo de las nuevas fronteras oriental de la Unión y cómo responder a los desplazamientos migratorios procedentes de Asia y Turquía (21).
            El derecho a la libre circulación dentro de la UE para los ciudadanos de los estados miembros no ha generado incrementos inesperados de trabajadores. El ingreso de Italia en la UE el año 1968 no produjo el desplazamiento masivo de trabajadores italianos, que representaban la mayor comunidad de inmigrantes. Lo mismo ocurrió con los griegos, españoles o portugueses cuando adquirieron el derecho a la libre circulación. Particularmente interesante es la experiencia de Portugal que viene a demostrar que si el despegue económico de un país se asegura gracias a su inserción en un conjunto integrado, en este caso la UE, y si éste va acompañado de una libertad de circulación, que permite salidas y entradas, es probable que los inmigrantes prefieran establecerse temporalmente en el país de acogida, en lugar de hacerlo de forma definitiva. Además, si se mira la cifra de nacionales de la UE que se desplazaron entre los años 60 y 70  fue más baja que la de ciudadanos de terceros países que trabajaban en ella. A pesar de las restricciones que se imponen a los nacionales de terceros países, la proporción de ciudadanos de la UE que se desplazan dentro de la Comunidad, sobre el total de inmigrantes, queda por debajo del 50% (22). El 57,89% de los extranjeros asentados provienen de países no comunitarios (23).  
            Por otro lado, en relación con los recursos humanos cualificados (24), los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) tienen tendencia a favorecer a los migrantes muy cualificados, estudiantes, científicos, ejecutivos… Estos trabajadores representan la mitad del aumento de los migrantes internacionales mayores de 25 años registrados en los países de la OCDE en los años 90, alcanzando en el año 2000 aproximadamente los 20 millones (25). Aunque este tipo de migración supone una gran pérdida, sobre todo de personal sanitario, para los países subdesarrollados, se trataría de ver en qué medida puede convertirse en un factor positivo para los países de origen. Para ello, algunos países en transformación económica han logrado que vuelvan partes de sus emigrantes cualificados, han establecido vínculos con los que se quedan en el extranjero y han facilitado las inversiones de los emigrantes que cuentan con capital o tienen la posibilidad de conseguirlo. Esto ha ocurrido en la India (26), China y Corea (27) (Informe de la ONU, 2006). Existen otros países que  facilitan la doble nacionalidad y la transferencia de pensiones o están experimentando con visados de entrada múltiples.
            Si los estudiantes se capacitan en su país o en la región tienen más posibilidad de que se queden. Por ello, los países en desarrollo están permitiendo que universidades extranjeras se establezcan en sus territorios. Esto ha sucedido en China, India, Sudáfrica, Indonesia… (Informe de la ONU, 2006). De esta manera, las migraciones temporales entre países en desarrollo podrían incidir en una disminución de la transferencia inversa de tecnología. Esta presunción se basa en la posibilidad de ampliar los mercados de trabajo desde un espacio nacional a áreas regionales.

África

            Cualquier política que trate de organizar los flujos migratorios con África debería de partir, al menos, de las siguientes premisas:
La brecha económica (28) y demográfica entre Europa y África es la más importante del mundo (29). El PIB de España multiplica por 15 el de Marruecos. Todos los expertos indican que esto no ha hecho más que empezar, tenemos que esperar un aumento de las migraciones, no sólo de África del norte sino también de la subsahariana.
            Hay una exigencia insoslayable de la economía y la demografía, tanto de los países de origen como de los países de destino (30).
Es evidente que las medidas exclusivamente policiales no dan resultado y son claramente insuficientes.
            Las propuestas deben ser de ámbito europeo (31) y a medio y largo plazo (32).
Es necesario plantearse cómo ayudar al continente africano para que salga del subdesarrollo y cuál es el papel que debe jugar para ello de las migraciones. Aunque la solución al desarrollo de África no puede ser únicamente las migraciones (33).
            Además, es preciso acercarse al fenómeno migratorio con algunos requisitos previos: un conocimiento real de cómo funcionan las migraciones en la época de la globalización, plantearse seriamente una pedagogía pública de cara a las sociedades de acogida y la relación entre migración y desarrollo.

Las dinámicas de ida y vuelta


            Qué hacer entonces a partir de estas consideraciones. ¿Es posible concebir otra manera de organizar los flujos migratorios con África? La experiencia migratoria anteriormente comentada, aunque no se refiera de manera exclusiva al continente africano, nos indica que hay margen para desbordar la actual política y extraer algunas enseñanzas de interés.
            Deberían incorporarse a la gestión de los flujos propuestas que favorezcan las dinámicas de ida y vuelta, que den capacidad de elección al inmigrante entre quedarse o no, y admitir esta opción en un tiempo continuo. En la actualidad se le fuerza a quedarse. Además, sería necesario incluir aquellas iniciativas que eviten que la inmigración se convierta en política de repoblación. La ONU lleva tiempo abogando por una política que ayude a que las poblaciones se mantengan en sus países (34).
            En esta línea, se encuentra la idea de Sami Nair de un enfoque para los flujos migratorios que los sitúe en una perspectiva de progreso que beneficie a todos y esté basada en una estrategia de circulación organizada. Este planteamiento tiene, entre otras ventajas, el hecho de que siempre es mejor intervenir que dejar de hacerlo (35).
            Pero además, la opción de circulación organizada, permite bosquejar algunas medidas de interés encaminadas a favorecer las dinámicas de ida y vuelta, entre ellas:
            Plantear el derecho a la libre circulación para aquellos inmigrantes que reúnan ciertas condiciones. Esto parece claro, al menos, en aquéllos que tienen permisos de residencia permanente (36). Se trataría de ver a partir de cuánto tiempo residiendo es efectiva la propuesta, que debe producirse en un tiempo en que el proyecto migratorio aún no se haya convertido en definitivo. El retorno también se facilita, en estos casos, si se les brinda la seguridad de poder volver a emigrar después de intentar vivir en sus países de origen. De esta manera, la seguridad de residencia en los países de destino, puede promover el retorno o la circulación de los migrantes.
            Mantener la reagrupación familiar, adaptándola a la nueva organización de la movilidad. Esto haría posible cobrar los subsidios familiares en el país de origen mediante la creación de una Caja de Subsidio Familiares de Inmigrantes, lo que probablemente facilitaría que la reagrupación familiar no fuera automática.
            Permitir la transferibilidad de las pensiones y prestaciones de salud (informe ONU, pág.80).
            Potenciar los permisos de residencia provisionales, favoreciendo la inmigración temporal.
            Fomentar la doble nacionalidad.
            Desarrollar una política de visado de entradas múltiples para  ex estudiantes, que permita circular libremente y elegir entre quedarse o no.
            En definitiva, se trata con todo ello de favorecer la circulación al no arriesgar la entrada en caso de ausencias prolongadas y hacer más atractivo el regreso al país de origen. Las migraciones pendulares y temporales en la Europa del Este y de países como Taiwán e India son un ejemplo importante a tener en cuenta.
            Las dinámicas de ida y vuelta son positivas porque permiten al inmigrante no perder contactos con su país de origen e intentar, si se diera el caso, reasentarse en él. Asimismo, posibilitan el desarrollo de relaciones estables con la familia que no ha emigrado, facilitando el codesarrollo.
            Sin embargo, cuando se habla de libre circulación organizada hay que diferenciarla del derecho a la libre circulación, fundamentado en una determinada interpretación de los derechos humanos (37), que desde mi punto de vista sólo tendría validez en caso de asilo-refugio u otras circunstancias humanitarias en las que prevalecería sobre el derecho de los estados a permitir o no la entrada.
            Existen, también, otros aspectos problemáticos que Sami Naïr no aclara. Entre ellos, si este derecho es previo o posterior al permiso de trabajo y residencia, y cuál es su relación. Tampoco especifica para qué países se aplicaría, si es para todas las personas que quieran o para aquellas que decidan de común acuerdo los respectivos países y si tiene o no fecha de caducidad. Además, el autor no concreta cuál es la diferencia entre su propuesta y la idea de fronteras abiertas, a  pesar de que dice explícitamente que son planteamientos diferentes.
 
Quiénes aplican estas propuestas

            Son los estados y la Unión Europea los que llevan a cabo las políticas de gestión (38) de los flujos migratorios y estos tienen en cuenta otros intereses. No conviene olvidar que los gobiernos democráticos basan su legitimidad en garantizar la previsión comunitaria de seguridad (39) y bienestar (40). Dos temas de rabiosa actualidad.
            Pero si queremos dar una respuesta positiva, las políticas migratorias, además de responder mejor a la realidad de los fenómenos migratorios, deberían encajar en una premisa básica: la gobernabilidad del fenómeno migratorio. Para ello, deberíamos comprobar si las propuestas que favorecen las dinámicas de ida y vuelta, se ajustan a las condiciones que ha de cumplir cualquier Gobierno para que su existencia no sea precaria: la legitimidad y la eficacia.
            En relación con la legitimidad, los Gobiernos cumplirían los tres requisitos en que ésta se basa. Así, lograrían mejor la equidad. Es decir, el consenso de intereses en torno a la cuestión migratoria; el de los países involucrados y el de los diferentes sectores de la población de acogida. Favorecerían el cumplimiento de normas y principios tanto nacionales como internacionales; qué duda cabe que la contradicción “soberanía versus DD.HH.” estaría aliviada. También serían más transparente en la gestión porque estarían obligados a explicar y razonar sus políticas (hacer una buena pedagogía sobre la realidad de la migración).
            Pero junto a la legitimidad, tienen que pasar el rasero de la eficacia. La nueva política se adaptaría mejor a la realidad del hecho migratorio, ya que se basaría en el análisis objetivo de las causas, en las características y sus consecuencias. En segundo lugar, permitiría visualizar los límites de la gobernabilidad de un fenómeno cuyas soluciones son complejas y a largo plazo. Y por último, contribuiría también a ganar en realismo y a ser más eficiente en la gestión. De esta manera, las posibilidades de éxito serían  mayores, disminuyendo la percepción de caos e invasión que actualmente se tiene del fenómeno migratorio.
            Las medidas que favorecen las dinámicas de ida y vuelta  probablemente serán positivas tanto para los países de acogida como de origen, y además no supondrán grandes riesgos para la UE. Para que sea así sería bastante con que lograran unos porcentajes de movilidad no muy grande, pero suficientes para generar y permitir canalizar más flujos migratorios. Aunque no acabara con el problema anárquico de éstos, sí contribuirán a que disminuya la inmigración clandestina, lo que ya sería un logro. En cualquier caso, para que funcionen deberían ir acompañadas de un planteamiento serio por parte de la comunidad internacional (la UE) y las élites locales que permita sacar al continente africano del agujero en el que está metido.

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(1) “Y vendrán…”,  Planeta, 2006,
(2) Stephen Castles, Migraciones, nº 15.
(3) El 30 de julio de 2004, el Parlamento alemán aprobaba definitivamente la nueva Ley de inmigración, publicada en el Boletín Oficial de 5 de agosto de 2004. La nueva Ley descarta finalmente el recurso a contingentes o cuotas y sistemas selectivos de entrada laboral, y mantiene en lo esencial el cierre de fronteras para la entrada con la finalidad de ocupar puestos de trabajo no cualificados. Las reformas en este ámbito se cifran finalmente en una cierta flexibilización de las posibilidades de entrada laboral para puestos cualificados, pero siempre a partir de ofertas individualizadas de trabajo, en la permanencia en régimen laboral de estudiantes formados en Alemania, y en una pretendida simplificación de los procedimientos de autorización. No existe en Francia contingente de extranjeros para venir a trabajar. La decisión se adopta caso por caso y tras un examen individual de la situación de cada candidato, dentro de las condiciones expuestas. El número de extranjeros admitidos para ejercer una actividad profesional asalariada en Francia oscila entre diez mil y doce mil al año. Como premisa de partida el Reino Unido no concede permisos de trabajo a trabajadores poco cualificados o semicualificados, con el fin de proteger la fuerza de trabajo doméstica. Por consiguiente, los permisos de trabajo se han creado para un tipo muy específico de trabajador, que deberá poder encajar con los perfiles de trabajadores de primer o segundo nivel o de trabajadores esenciales.  En Eliseo Aja y Laura Diez (Coordinadores), Regulación de la Inmigración en Europa, Colección de Estudios Sociales nº 17, Fundación La Caixa.
(4) Estas restricciones tienen ya una amplia tradición. La inclusión de la selectividad en la definición de las políticas migratorias se va a generalizar a partir de la crisis del 29. En las políticas de migraciones masivas (EE.UU, Australia…) también hay políticas selectivas, así en 1882 la “Chinese Exclusión Act” de 1882 estuvieron basadas en gran parte en la alta proporción de chinos en la costa del pacífico de los EE.UU. EEUU prohíbe en el año 1937 la entrada de hombres de “color”; la “inmigración act” de 1952 en EE.UU va a definir sus cuotas migratorias sobre la base de datos culturales e históricos e inclusos con razones genéticas con el objeto de preservar el carácter nacional de los EEUU. En Lelio Mármora, 2002, “Las políticas de migraciones internacionales” , Paidós.
(5) Por parte de los países desarrollados se da lo que se llama “el utilitarismo migratorio”, una migración selectiva, estudiada caso por caso, y a veces acompañada por criterios no económicos (cercanía cultural..). En “Alternativa Sur “, Vol. III (2004), nº 1, CIP.
(6) Un ejemplo reciente de esto es la eliminación de los cupos en EE.UU para los ATS extranjeros, medida que afectará especialmente a Filipinas y la India (publicado en el País 8-6-06).
(7) Dando lugar en unos casos a una sociedad más plural, favoreciendo la reagrupación familiar, la formación de minorías étnicas, y la inmigración ilegal. Stephen Castles,  Migraciones nº 15.
(8) La llamada era de las migraciones a finales del XIX hasta la 1ª G. Mundial. En las que cerca de 100 millones de personas emigra- ron, en un periodo de 43 años (1870-1913) emigró casi el 7% de la población mundial, en la actualidad es sólo del 3,5%.
(9) Por migrantes se entiende aquel que ha vivido fuera de su país de nacimiento al menos 12 meses.
(10) Migración Internacional y Desarrollo, informe de la ONU, 2006.
(11) Valga de ejemplo Alemania, los intereses del mercado laboral alemán, con 4 millones de desempleados en el momento actual, fundamentan para estas fuerzas políticas el mantenimiento fundamental de la exclusión de entradas por motivos laborales y la intensificación del examen, para una eventual y excepcional autorización en cada caso, de si existen (a nivel federal y no regional como hasta ahora defiende el proyecto) alemanes o extranjeros comunitarios que puedan responder a las demandas de trabajo existentes. En E.Ajá y Laura Diez, libro citado.
(12) No entramos a considerar el papel que la migración familiar cumple, un papel importante tanto social, cultural como económica.
(13) Entre 1999 y 2002 la migración de familias representó más del 70% en Francia, cerca del 50% a Dinamarca, Noruega y Suecia; un 45% a Suiza; un 34% al R. Unido; y 40% a Austria y Portugal (Informe de la ONU, 2006, ).
(14) El País 18-6-2006
(15) Informe de la ONU, 2006. Otras fuentes manejan datos parecidos, los programas de reunificación familiar empiezan a ser,  a partir de los años 70, el principal canal de entrada de inmigrantes, en los años 90 representaba el 70% de las admisiones en EEUU, 47% en Canadá y 41% en Australia, en Lelio Mármora, libro citado.
(16) Todos los estudios coinciden en que no se han producido los temores de invasión que se temían. De hecho la mayor
parte de países de la UE ha adelantado el derecho a la libre circulación de los últimos países integrado que tenían restringido este derecho hasta el 2007, incluido España.
(17) En este sentido es interesante la comparación con los países del sur del mediterráneo, los PECO no son competidores serios para los países del sur mediterráneo, ello se debe a que la perspectiva de crecimiento económico y demográfico de los PECO deberían combinarse para limitar los flujos migratorios procedentes de estos países y por el contrario la perspectiva económicas y demográficas de los países del norte de África actúan como estimulo para la partida.
(18) Revista Alternativa Sur. Vol.III (2004), nº 1, CIP
(19) En las migraciones del este se pueden distinguir tres fases: entre 1990-92 las migraciones se caracterizaron por desplazamientos de minorías étnicas; hasta 1993 por importantes movimientos de solicitantes de asilo y por último a partir de 1993 las migraciones permanentes disminuyeron sustancialmente y han sido sustituidas por temporales, Véase Sami Naïr, libro citado.
(20) Las personas que emigran desde el norte de África a España, Francia e Italia a menudo siguen una trayectoria migratoria que no conduce ni a estancia definitiva ni a su vuelta permanente, sino a una serie de estancias temporales de duración variada en las que regresan puntualmente a sus países de origen. Veáse Stephen Castles, Migraciones nº15.
(21) Los competidores principales de los árabes serán Turquía y los situados al este de los PECO en Alternativa Sur, libro citado.
(22) Graciela Malgesini (comp.), 1998, “Cruzando Fronteras”, Icaria.
(23) Instituto de las Migraciones Internacionales, 2000.
(24) La fuga de cerebros (RHC), se califica como tal a partir de 1962 por la sociedad  Real Británica, a raíz de un informe sobre la migración de científicos y técnicos de este país a los EE.UU. La fuga de cerebros, a partir de los 70 se conoce con el nombre de “éxodo de competencias”, de “transferencia inversa de tecnología”.
(25) Informe de la ONU, 2006.
(26) En la India está apareciendo una nueva modalidad de migración, la “migración virtual de mano de obra” que consiste en trabajar en el extranjero al tiempo que el trabajador permanece en su país, lleva la problemática de los migrantes más allá de sus fronteras habituales, las fuerzas de la globalización puede ser analizadas ahora desde el punto de vista de sus efectos localizadores. Una organización nueva del capital y de la mano de obra afecta a las prácticas migratorias de una manera inimaginable hace una década. Las tecnologías de la información generan una nueva forma de migración on line desde la India a EEUU. El trabajo online no puede entenderse como una actividad transnacional ya que se lleva dentro de los límites nacionales. Así que a la literatura de las migraciones es necesario añadir nuevas perspectiva acompañada de la tecnología de la información, es necesario reconocer la migración invisible e incorpórea de mano de obra a los procesos migratorios. La migración económica no puede considerarse únicamente en términos de desplazamiento humano geográfico. Así el aumento de la globalización parece ser al mismo tiempo un proceso de mayor localización, el estado nación y el capitalismo transnacional parecen haber encontrado en le espacio electrónico una tregua, en Alternativa Sur, libro citado.
(27) El papel de plataformas de lanzamiento que cumplió la existencia de RHC aparece con claridad en países como Corea, Taiwan…en los cuales el 90% de su crecimiento se explicaría por los elevados niveles de educación y de igualdad existentes hacia 1960. Veáse Lelio Mármora.
(28) El África subsahariana tenía en 1960 una renta per cápita equivalente al 38%  de la media mundial, en la actualidad ha bajado al 23%. (Antonio Alonso, artículo publicado en el País)
(29) Las tendencias demográficas para la primera mitad del XXI, es que Europa, continente, pierda 75 millones de habitantes y la UE de los 25 pierda 8,7 millones, mientras que África gane en el mismo periodo 1.031 millones para alcanzar 1.937 millones (Guillermo de la Dehesa en el País, 19-9-06)
(30) En los países árabes los efectivos globales así como la incorporación al mercado de trabajo seguirán creciendo al menos hasta 2010-2050, esto plantea a los países árabes un serio desafío pues hasta el 2020 serán necesario que el empleo crezca en una tasa media del 4%. Recurrirá la UE de forma masiva a la inmigración como solución al descenso de la población activa, las respuesta son variadas, pero hay dos objeciones importantes: la escasez de mano de obra es sectorial y afecta a sectores diversos y oficios diferentes, que exigen toda clase de cualificaciones, pero la inmigración no organizada no responde a estas exigencias; las tasas de empleo en lo países desarrollados están en torno al 62%, lo que significa que todavía hay un 38-40% de población activa carente de empleo, hay pues un enorme potencial “oculto” en la UE, cuyos grupos serían las mujeres , desempleados y prejubilados.
(31) En términos generales existe una brecha entre retórica y acción  en las políticas de la UE en este campo. A pesar de toda una serie de afirmaciones sobre la necesidad de una política integral desde 1992, de momento se ha hecho muy poco para tratar las causas fundamentales de los movimientos ilegales y la migración forzada. El fracaso en el avance se debe a muchas razones, pero es probable que las medidas más importante para reducir los flujos de trabajadores ilegales y solicitantes de asilo no estén en absoluto ligados directamente con la migración. Ver Stephen Castles, Migraciones, nº 15.
(32) Todos los estudiosos del tema están de acuerdo en que los procesos migratorios son por naturaleza a largo plazo mientras que el ciclo de la política es en esencia a corto plazo y a menudo está determinado por la duración de periodos electorales.
(33) Existe el riesgo de que la migración más que una aportación al desarrollo pueda llegar a sustituirlo.
(34) Se puede avanzar a través de la solidaridad regional, el ejemplo de la UE y de países como Portugal y Polonia es elocuente en este sentido,  si el ejemplo sirviera para pensar en medidas para el norte de África, probablemente la migración no tendría el carácter de repoblación.
(35) La eliminación en EEUU del programa Bracero con México, provocó un aumento espectacular de la inmigración ilegal, en Sami Naïr, libro citado.
(36) En España ausencias de más de 6 meses dan lugar la pérdida del permiso. En Francia las ausencias son de más de tres años.
(37) Basada en una interpretación errónea del artículo 13 de la Declaración Universal de los DD.HH << 1. toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir libremente su residencia en el territorio de un estado; 2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país. 
(38) Podemos entender por gestión de los flujos migratorios una serie de acciones encaminadas a adecuar los flujos migratorios a las necesidades de los actores implicados, la gestión así entendida constituye una política activa orientada al cumplimiento de objetivos e implica planificación y previsión, además de control. Se trata de adecuar los medios (flujos) a los fines (mejora de la realidad nacional).  Ver C. Blanco Fernández, 2002, “Procesos migratorios, economía y personas”, Instituto Cajamar.
(39) M. Walter, 1997, “Las esferas de la justicia”, Fondo de Cultura Económica.
(40) Cáritas Europa sobre la situación en la que están los indocumentados, refugiados… en su informe “ Un viaje a la pobreza “ en la que plantea la situación de vulnerabilidad extrema en la que se encuentras estos sectores de población.