El País, 19 de abril de 2024.
La conflictividad laboral se ha convertido en una de las señas de identidad de Euskadi, con una fuerte tradición sindical.
De las 679 huelgas que hubo en España en 2022, según los últimos datos del Ministerio de Trabajo, 320 fueron en Euskadi. Es decir, el 4,5% de la población del país concentra casi el 50% de la conflictividad laboral total. En Andalucía, donde viven 6,4 millones de personas más, hubo 295 menos. El año pasado, de acuerdo al Consejo de Relaciones Laborales de Euskadi, 58.307 trabajadores participaron en 325 huelgas. No es un fenómeno nuevo o reciente ―aunque el número oscila bastante: 298 en 2010; 164 en 2016; 308 en 2019― y no puede explicarse solo con cifras porque la comunidad con más conflictos laborales es también la que dispone del salario medio más alto de España (2.545,83 euros), la tasa de paro (6,6%) más baja del país (con una media del 11,76%) y la mayor renta disponible por habitante en los hogares (un 26,6% superior a la media nacional). El arraigo sindical y reivindicativo forma parte de la identidad vasca. Sus trabajadores protestan más porque llevan toda la vida haciéndolo.