infoLibre, 22 de enero de 2024.
Los libros se olvidan del empuje del movimiento vecinal, presidiario, feminista o estudiantil y mantienen un relato de ese periodo construido alrededor de la élite política.
Una Transición que, además, tiene un peso modesto en las pruebas de acceso a la universidad, lo que puede condicionar la importancia que tanto alumnos como profesores a profundizar en esta etapa.
La Transición ha sido uno de los principales acontecimientos históricos del último medio siglo. Por ello, forma parte de los contenidos educativos a nivel histórico. El problema es que, salvo en contadas ocasiones, no se le da la importancia que merece. En los últimos compases de curso, los alumnos entran en este periodo a toda prisa y de forma superficial. Y lo hacen en base a un relato granítico contado desde el punto de vista institucional y que se olvida por completo del empuje de la sociedad civil durante aquellos años. Un enfoque elitista que sobrevive desde la década de los noventa y en el que impera la idea de una Transición modélica que pasa por alto la violencia y conflictividad presente a mediados y finales de los setenta.