InfoLibre, 3 de abril de 2020.
Cada día de confinamiento escuchamos o leemos veinte veces eso de que “en las situaciones más difíciles es cuando aparece lo mejor y lo peor de nosotros mismos”. No lo discuto, aunque uno tiende a pensar que en realidad lo que asoma de cada cual es lo de siempre, lo que ya era o demostraba ser. Otra cosa es lo que percibimos en circunstancias tan tremendas como las que atravesamos, más allá de postureos, vanidades o ataques espontáneos de solidaridad coyuntural. Al grano: mientras seguimos sufriendo el goteo de víctimas mortales por el coronavirus y observamos esperanzados cómo las medidas tomadas empiezan a doblegar la maldita curva, hay quien considera oportuno aprovechar aguas tan revueltas para intentar pescar en interés particular o grupal, político o mediático.