eldiario.es, 9 de noviembre de 2023.
PSOE y Junts se reconocen la legitimidad mutua de sus objetivos políticos y se emplazan a una futura negociación: Puigdemont muta de la unilateralidad a una consulta amparada en la Constitución mientras Sánchez transige con el verificador internacional y una investigación parlamentaria que fiscalizará la acción judicial sobre el procés.
Más allá del ruido, las protestas y el fuego cruzado, los hechos. La letra impresa a veces sirve para entender lo que esconden las arengas, los eslóganes y los discursos de parte. Ya hay fumata blanca. Tras semanas de dimes y diretes, especulaciones y llamadas a las barricadas por parte de las derechas, PSOE y Junts han alcanzado un acuerdo para investir a Pedro Sánchez la próxima semana. Miércoles y jueves. Habrá, como era de sobra sabido, una ley de amnistía, pero no un referéndum sobre el futuro político de Catalunya. Tampoco se ceden todos los tributos a la Generalitat a modo del cupo vasco. No se rompe España y la caja común seguirá tan intacta como la reacción hiperbólica de las derechas al comparar el pacto con el 23F y los asesinatos de ETA (Feijóo, dixit) o pontifica, como Ayuso, que “España ha entrado ya en una dictadura”. El uno llama a todos los demócratas a seguir protestando en las calles contra “un ataque a la democracia sin precedentes” y la otra invoca al Rey, a las Fuerzas de Seguridad y al Ejército.