El Faradio, 20 de abril de 2020.
En la primavera de 1987 Reinosa saltó a los medios de comunicación:
era la época de la reconversión industrial, especialmente cruenta en la
cornisa cantábrica (Euskalduna, Gijón) y que venía ya
desarrollándose desde principios de los ochenta, en Reinosa tocaba
con los aceros especiales como excusa.
Ya desde diciembre del año anterior en la comarca de Campoo, se venía gestando una
fuerte incertidumbre laboral, en un principio eran CENEMESA sobre la que se cernía un
oscuro futuro, y Farga Casanova donde ya se había planteado un expediente de regulación
de empleo.
Forjas y Aceros de Reinosa-Naval, como siempre la hemos llamado, no escapaba a la lista
de empresas seleccionadas para la reconversión de aceros especiales. Entonces daba empleo
a 1.763 trabajadores y a decenas de empresas y talleres instalados en el valle. Por la
comarca se comenzó a rumorear que en base a las pérdidas de los últimos años el Gobierno,
entonces de Felipe González, preveía sacar de la plantilla a 1.300 trabajadores.