Salvini resucita (sin querer) al PD

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CTXT, 30 de agosto de 2019.

 

No estaba muerto, estaba de parranda. O quizás no. Más bien estaba viviendo al día, según algunos, o agonizando, según otros. De la serie It’s an Uphill Climb to the Bottom, como cantaba Walter Jackson. Sea como fuere, ha vuelto. O eso parece. Me refiero al Partido Democrático (PD), fruto de la unificación, allá por 2007, de los post-comunistas (los Demócratas de Izquierdas, DS) y los post-democristianos progresistas (la Margarita), por aquel entonces columnas portantes del frágil y heterogéneo gobierno liderado por Romano Prodi. El PD fue la apuesta de Walter Veltroni (secretario general entre 2007 y 2009 y exalcalde de Roma) y supuso el matrimonio entre las dos familias principales de la política italiana, comunistas y católicos, tras la larga travesía posterior al final de la Guerra Fría y el derrumbe de la Primera República con el escándalo de Tangentópolis. Fue el intento de convertir la mal llamada Segunda República en un sistema mayoritario, con un centro-izquierda y un centro-derecha –por aquel entonces liderado por un aún incombustible Berlusconi– al estilo anglosajón. Fue una apuesta perdida, más allá de las simpatía que podía despertar el proyecto. No tanto porque Veltroni –que con la creación del PD le hizo una OPA interna a Prodi– perdiera las elecciones de 2008 frente al Cavaliere, sino porque el sistema mayoritario, de por sí ya bastante sui generis, debido también a las leyes electorales, se vino abajo al cabo de nada. O, mejor dicho, demostró ser un sueño húmedo que poco tenía que ver con la realidad política transalpina.

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