InfoLibre, 8 de enero de 2018.
Episodios políticos relevantes, como la elección de Donald Trump, el Brexit o la
movilización de los chalecos amarillos en Francia han alentado la exploración de
nuevas configuraciones en los cambiantes mapas sociales y políticos.
En los tres casos –y no son los únicos– se puede comprobar que disminuye la
importancia relativa de la delimitación clases trabajadoras—propietarios, y su
correlato izquierda—derecha.
Se afirma con más y más énfasis que los conflictos relevantes nos remiten a
diferencias socio-territoriales: en Estados Unidos, las costas, más modernas y de mayor
nivel de vida y cultural, frente a las zonas interiores, más conservadoras; en Gran
Bretaña, el Brexit sale triunfante frente a Londres y otras grandes ciudades; en Francia,
los chalecos amarillos están arraigados principalmente en territorios alejados de las
ciudades más dinámicas –que son también las que producen más empleos– cuyos
habitantes se consideran desatendidos por el Estado.
Autores como David Goodhart (The Road to Somewhere, Londres: C. Hurst &
Co. Publishers Ltd., 2017) y Christophe Guilluy (La France Périphérique, Paris:
Flammarion, 2014) vienen estudiando desde hace años las nuevas fracturas sociales.