Teresa Quesada
Jo no t’espere.
La experiencia de una campaña

(Página Abierta, 173, septiembre de 2006)

            A finales de mayo pasado se presentó públicamente en Valencia la campaña Jo no t’espere, que un principio agrupó a 15 colectivos y que en un mes consiguió reunir el apoyo de 534 organizaciones, más de 13.000 adhesiones individuales, distribuyó 6.000 pancartas y acaparó la atención de los medios de comunicación (1).
            Ha sido la manifestación de una ciudadanía que choca en su vida cotidiana con los planteamientos de la jerarquía de la Iglesia católica en temas como la igualdad plena para las mujeres y el respeto a sus decisiones; el divorcio; la imposición de la enseñanza de la religión en la escuela; el aborto; el avance en los derechos para los homosexuales, lesbianas, transexuales y bisexuales; la violencia de género; la prevención de enfermedades como el sida o la investigación con células madre, etc. En todos estos aspectos, los puntos de vista de la jerarquía católica son, como mínimo, cuestionables, pero lo que es inadmisible es que trate de imponerlos al conjunto de los ciudadanos, sean católicos o no.
            Junto a ello, hemos criticado el derroche que ha llevado a cabo el Partido Popular en la preparación y realización del Encuentro Mundial de las Familias y de la visita de Benedicto XVI. Esas críticas de malgastar el dinero público ha sido contestadas de forma prepotente por los dirigentes del PP con un “gastaremos lo que haga falta”, bien arropados, además, por los medios de comunicación oficiales como Canal 9 o Radio 9, que no concedieron, en ninguno de sus formatos, ni un solo espacio para las opiniones críticas. Todo ello para mayor lucimiento de la religión católica y de los mandatarios del PP, quienes no perdieron ocasión de aparecer en la foto junto a las sotanas y las mitras, ocultando mal su añoranza de pasear bajo palio.
            Ha sido una campaña sencilla en sus propuestas. La principal fue la de poner en las ventanas y balcones de Valencia una pancarta, que suponía un compromiso individual y colectivo. Desde una posición laica, donde se respetaba cualquier ideología o principios morales, pero desde donde no podíamos aceptar que se trate de imponer los propios a nadie, quisimos lanzar esta iniciativa para hacer visible otras opciones y, especialmente, como nexo común, reivindicar la libertad personal y la racionalidad frente a los modelos excluyentes y los fundamentalismos. Y como demostración de que había otra forma de pensar que no comulgaba ni con la Iglesia ni con el mensaje dado desde el PP y las Administraciones públicas de que Valencia estaba volcada con el Papa y con el catolicismo más rancio y que toda la sociedad valenciana estaba involucrada en unas obras y unos gastos faraónicos.
            El lema de la iniciativa fue el resultado de la convocatoria de un concurso de ideas que consiguió una veintena de propuestas. La propia campaña requirió una larga preparación, necesaria dada la heterogeneidad que se consiguió en la plataforma que la impulsó: grupos cristianos, ateos, laicos, libertarios, de gays y lesbianas, de mujeres, de recuperación de la memoria histórica; o asociaciones como Ca Revolta, que fue el centro de la infraestructura y el reparto de pancartas a quienes utilizan la web como medio de expresión y comunicación principal (2).

Una campaña muy activa

            Fueron dos meses de trabajo previo en un ambiente de debate y compromiso por parte de todos los componentes. Desde el primer borrador elaborado por una de las organizaciones cristianas, hasta el diseño de la campaña, todo se ha planteado por consenso previo. También se ha fomentado la iniciativa de los diversos grupos para lanzar actividades propias, las cuales se han recogido después en la agenda publicada en la página web, en la que se animaba a otros grupos, aunque no formasen parte de la plataforma, a difundir también sus actividades en la agenda de jonotespere.org.
            Así se consiguió convocar multitud de actos y debates: exposiciones, concentraciones, conferencias, coloquios, conciertos, representaciones, manifestaciones ciclonudistas y un acto de apostasía colectiva que recogió más de 1.500 instancias que se presentaron en el arzobispado bajo la atenta mirada de curas y seglares y bajo algunos insultos que incluían el recuerdo a la familia de los presentes o el lamento de que nuestras madres no se lo hubieran pensado antes de darnos a luz y nos hubieran cambiado por una lavadora.
            Un instrumento como Internet, que ya no es novedoso pero que está infrautilizado, ha sido fundamental en el desarrollo de la campaña: se han recibido más de 620.000 visitas en un mes, con 1.750.000 páginas vistas, donde el punto más alto se produjo el sábado 8 de julio con 80.000 entradas y más de 200.000 páginas vistas, lo cual supone que no sólo llegaban a la página, sino que además entraban en cada una de sus partes, leían el manifiesto, se adscribían a la campaña, consultaban la agenda de actos o veían las fotos de las pancartas en los balcones, las pancartas virtuales, los chistes e ideas que iban llegando. El efecto, además, estaba multiplicado por las más de 1.300 webs y blogs con el logo o links a la página de jonotespere.org, además de las que hacían referencias a la campaña, abrían debates o incluían el manifiesto en sus páginas. Todo ello hizo que jonotespere.org estuviera durante esos nueve días de julio en el TOP 10 de las páginas más buscadas.
            La plataforma Jo no t’espere no se libró de los insultos y las descalificaciones. El correo de nuestra página web se llenó de mensajes con insultos y amenazas, los más finos condenándonos al infierno y a una existencia terrible en el más allá (afortunadamente, en el más acá nos lo montamos lo mejor que podemos y nos dejan). Los organizadores del Encuentro, por su parte, se dedicaron a la descalificación más burda, acusándonos de ser grupúsculos, violentos, antidemocráticos, intolerantes... En fin, típico y tópico frente a una campaña que estaba basada desde el principio en no recurrir ni al insulto ni a la intolerancia.
            [Pocos días antes de la visita de Benedicto se produjo el terrible accidente del metro que costó la vida a 42 personas. Pese a ello, nada cambió en las previsiones de la organización del Encuentro; sólo alteró el calendario una rápida visita del Papa a la entrada de la estación donde ocurrió la tragedia. Desde entonces todo ha continuado igual, como si la falta de inversión en infraestructuras de seguridad y modernización del metro que podrían haber evitado el accidente no tuviese ninguna relación con el destino que dan las instituciones valencianas al dinero público, empleado en buena parte a obras faraónicas y de imagen. Por ahora, el gasto que ha supuesto el Encuentro y la visita del Papa sigue siendo el secreto mejor guardado del Gobierno valenciano.]
            Estaba previsto que la campaña terminase cuando se fuera Benedicto, pero los intentos continuados de la Iglesia católica de modificar leyes, de mantener sus privilegios (sobre todo los financieros) y de entrometerse en la marcha de la sociedad nos obligan a seguir manteniendo la actividad. Aunque la plataforma dejará de existir  como tal, sin embargo hay un acuerdo tácito de continuar con la defensa de la laicidad de la sociedad. La contestación del arzobispado a la petición de que nos retiren de sus registros y dejen de considerarnos sus feligreses nos impulsa a proseguir con el proceso de apostasía. Resulta más difícil lograr que te borren como católica que darte de baja en las compañías telefónicas. Aun así seguiremos insistiendo para conseguirlo. La próxima meta es lograr que la Agencia de Protección de Datos obligue a la Iglesia a borrarnos como parroquianos y parroquianas.
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(1) Ver PÁGINA ABIERTA del mes de julio pasado.
(2) Estas grupos fueron el Ateneu llibertari Al Margen; Barriodelcarme.net; Ca Revolta; Casino de Torrent; Catoliques pel Pret a Decicidir; Col.lectiu Lambda de Gais, Lesbianas, Bisexuals i Transexuals; Comissió de Dones “8 de març”; Comunitats Cristianes Populars; Coordinadora d’Associacions de lluita contra la sida de la Comunitat Valenciana; Corrent Som Esglessia; Dones Creients; Europa Laica; Federació Internacional d’Ateus; Fundació Salvador Segui; Grup Cristià Pacifista,