Web del autor, 13 de septiembre de 2022.
Con la desaparición de Isabel II, resulta tentador evocar la inmutabilidad de las
instituciones británicas, a diferencia de Francia y sus múltiples revoluciones y
constituciones. En realidad, las cosas son más complejas y los dos países están más
cerca de lo que a veces imaginan, incluso en sus trayectorias políticas e
institucionales. El Reino Unido ha conocido su cuota de revoluciones y trastornos
constitucionales, en particular la caída de la Cámara de los Lores, sin poder real desde la
crisis del «Presupuesto Popular» en 1911. Privado de sus Lores, que hasta entonces
constituían el marco de sus gobiernos y del poder ejecutivo y legislativo (la mayoría de
los primeros ministros procedían de allí), la monarquía británica no ha sido desde
entonces más que una monarquía cosmética,