nuevatribuna.es, 4 de mayo de 2020.
El mundo afronta una crisis inédita de inciertos impactos y consecuencias. La evolución y la intensidad del desastre dependerán, en gran medida, de la capacidad de gobiernos e instituciones comunitarias para poner en pie medidas de solidaridad con las personas y los hogares, apoyo a las empresas y colaboración entre los países que compartimos riesgos, mercados, moneda y competencias.
Nunca antes se había hecho tan evidente la necesidad del apoyo mutuo ni tan relevante la acción del Estado para salvar vidas, contener la pandemia, restañar daños económicos y sociales, impulsar la recuperación de la economía y revertir la degradación de la biodiversidad causada por el modelo neoliberal de capitalismo y globalización.